Conclusión
El movimiento cada vez mayor de carga, y la congestión
previsible en los centros de transbordo, exige sumar otra forma de transporte:
los ductos.
Este sistema no tripulado, en el cual cápsulas o trenes de
cápsulas llevan mercadería entre terminales mediante tubos, tiene el potencial
de proveer un servicio confiable, rápido y seguro. No hay demora por esperar
que los carros estén llenos y enganchados, como sucede en los ferrocarriles, ya
que cada cápsula puede ser despachada al ser completada su carga.
Pueden transportar la carga los siete días de la semana, las
24 horas, independientemente del clima y libre de problemas. Otra
característica para destacar de los ductos es que en general son esencialmente
costosos en inversión y bajos en gastos de operación
Por otra parte, como respuesta al excesivo uso del camión
para el traslado de bienes se examinó la factibilidad técnica y económica de
sistemas de transporte por ducto para enfrentar futuros requerimientos en el
transporte de carga, y llegó a la conclusión de que se trata de un concepto
prometedor para el futuro. Sucede que el hecho de ser sistemas no tripulados y
totalmente automáticos, los hace más seguros que el autotransporte y el
ferrocarril. Cuando se corren de bajada, estos sistemas pueden generar energía,
y por tratarse de espacios cerrados, no son afectados por las condiciones
climáticas ni están sujetos a los accidentes más comunes ocurridos en
carreteras y vías férreas.
En la Argentina, el transporte por ducto podría competir con
el carretero y el ferroviario, si se ramificara desde los centros de transbordo
hacia los principales destinos, aunque su concreción es poco probable.
Las proyecciones afirman que puede ser un medio más para el
comercio, ya que además de su tradicional uso para líquidos y gases, también
puede trasladar pequeña carga contenedorizada.
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